Somos una empresa familiar y uno de los más antiguos astilleros de construcción de barcos del mundo.
Annette Roux
LA SAGA BENETEAU
Nuestra historia ha sido explicada millones de veces en el transcurso de estos cincuenta últimos años, pero para comprenderla, para captar los valores de la empresa, hay que remontarse a sus orígenes. Ya que todo es continuidad y evolución.
1884, BENJAMIN BÉNÉTEAU
Benjamín mi abuelo, tendrá un destino fuera de lo común. Nacido en St-Gilles en una familia numerosa y poco adinerada, es adoptado a la edad de 6 años por uno de sus tíos, François Houyère. Navegante de altura, sus relatos del mar hicieron soñar a Benjamín. Grumete a los 12 años a bordo de la chalupa Elisa, Benjamín sueña en construir en el astillero del padre de su mejor amigo. A finales de 1879, efectúa su servicio militar en Rochefort donde
realizará su sueño de ser arquitecto naval.
Es en Croix-de-Vie, cerca del puente, en el Quai des Greniers, que nuestro abuelo creará en 1884 su astillero, que evidentemente llevará su apellido : BÉNÉTEAU. En aquella época, los barcos se llamaban chalupas, dundees, gacelas, todos a vela evidentemente, pero para estos barcos de pesca, la performance era llegar el primero al puerto, ya que el primero que llegaba vendía su pescado al mejor precio.
Esta búsqueda de performance se mantendrá siempre en el centro de las preocupaciones de los arquitectos y constructores, los impulsará a superarse, nunca satisfechos, y a innovar permanentemente.
En 1909, la hora del motor ha sonado y sean cuales sean el coste y las consecuencias, Benjamin creará el primer barco de pesca a motor de la región.
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